Una mala hierba es una planta que crece en un lugar donde no se desea que crezca. Generalmente este concepto se aplica a las especies que crecen en los cultivos.

Las malas hierbas se caracterizan por su alta capacidad de dispersión, gran persistencia y por ser muy competitivas. Disminuyen el rendimiento del cultivo, interfieren con estructuras agrarias, como canalizaciones de agua, o en los procesos de cosechado y comercialización.

Las malas hierbas se distribuyen por los distintos tipos de cultivo en función de las caracteríticas del terreno (pH, textura, humedad del suelo, temperaturas extremas, etc.) y las labores agrícolas asociadas a cada aprovechamiento. La aplicación de principios activos para controlar las malas hierbas depende de la especie de que se trate y del cultivo en el que se encuentre.

Aparecen durante todo el periodo de crecimiento, aunque durante la fase de la siembra es cuando más perjudiciales pueden resultar. Saber cómo y cuándo tratarlos para eliminarlos, es fundamental, puesto que las malas hierbas facilitan la aparición de plagas, virus y enfermedades que resultan ser perjudiciales para nuestras plantaciones.

Los herbicidas son productos fitosanitarios encargados de eliminar las malas hierbas o plantas indeseadas, como hemos dicho, estas últimas fomentan la presencia de plagas y enfermedades, al competir con los recursos de agua, luz, nutrientes, etc. ocasionan daños directos de productividad, reducción de la calidad en los cultivos y  además, dificultan las tareas del agricultor.

Un herbicida es un producto químico utilizado para eliminar plantas indeseadas. Algunos actúan interfiriendo con el crecimiento de las malas hierbas y se basan frecuentemente en las hormonas de las plantas.

Existen dos maneras de hacerlo, en función del momento de aplicación del herbicida, premergencia y postemergencia, elegir uno u otro momento depende en última instancia del criterio del técnico o agricultor, dado que ambas formas tienen sus ventajas e inconvenientes.

En el apartado anterior hemos definido ambos conceptos, y a continuación comentamos las ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos.

Control eficaz: las malas hierbas pueden ser controladas desde un primer momento.

Durabilidad: en la mayoría de ocasiones la acción residual de los herbicidas utilizados se mantiene en el suelo durante un periodo de tiempo, formando así una película tóxica que controla la proliferación y germinación de las malas hierbas. 

Fácil aplicación: el tratamiento de preemergencia se lleva a cabo cuando el suelo está limpio, por ello la aplicación es mucho más sencilla y requiere de una cantidad de agua menor. Además, facilita el trabajo y acorta el tiempo para llevar a cabo el proceso.

Localización: el tratamiento se aplica en todo el terreno, y puesto que como todavía no hay cultivo, no sabemos dónde pueden aparecer las malas hierbas, por lo que en general el gasto de herbicida es mayor.

Climatología: tras su aplicación, es necesario que llueva, o en su defecto llevar a cabo pequeños riegos, por lo que, si esto no se cumple, la eficacia de los herbicidas puede verse afectada.

Localización: aunque los herbicidas se aplican en las primeras fases del crecimiento de las malas hierbas, éstas se pueden localizar más concretamente, detectando exactamente las zonas que necesitan extinguir las malas hierbas.

Eficacia: la aplicación del producto se realiza cuando ya se sabe la variedad exacta de mala hierba que ha crecido, por lo que se podrá utilizar el herbicida específico y así maximizar la eficacia del tratamiento..

A pesar de que el tratamiento se realice en una fase temprana del desarrollo de las malas hierbas, puede ser que éstas ya hayan colonizado bastante terreno, por lo que puede ser más difícil y costoso erradicarlas.

En Sarabia llevamos más de 50 años dedicados al mundo de los fitosanitarios, y también somos especialistas en herbicidas.

Como ya expusimos para el apartado de los fungicidas, nuestra constante evolución a través de la investigación y desarrollo de materias activas y compuestos, y nuestra capacidad de adaptación a las normativas cada vez más exigentes y restrictivas, nos hace ser pioneros en el campo de los herbicidas.

Contando de forma permanente en nuestro catálogo con más de 20 referencias herbicidas, entre las que tenemos de preemergencia y postemergencia, de contacto y sistémicos, específicos para hoja ancha o estrecha, etc., para dar respuesta de forma segura y eficaz a todas las necesidades del agricultor en cuanto a las malas hierbas en todo tipo de cultivos, y siempre con la mayor calidad en todos nuestros productos.

Somos fabricantes de fitosanitarios, contando con Anejos III y Registros propios.