¿Qué son los micronutrientes en la agricultura?

Los micronutrientes son elementos imprescindibles que las plantas requieren para su desarrollo vegetativo, pero en bajas cantidades.

Dependiendo de cada cultivo, serán unos más esenciales que otros, por tanto no existe una clasificación exacta en cuanto a su “esencialidad”.

Un elemento es esencial cuando su deficiencia origina invariablemente la disminución de una función fisiológica hasta condiciones subóptimas, revirtiéndose esta situación cuando el nutriente es suministrado en cantidades adecuadas [Mertz, 1981]. 

La carencia del elemento esencial debe producir alteraciones estructurales y fisiológicas similares en las diferentes especies vegetales; es decir, que las alteraciones producidas por la deficiencia deben ser independientes de la especie vegetal [Markert y col., 2000].

La importancia de los micronutrientes se hace más patente en cultivos intensivos, ya que, en este caso, la deficiencia de estos elementos afectaría – no solo al rendimiento – sino a factores de calidad que podrían impactar considerablemente en el valor de mercado de los productos; de ahí el interés de los productores de hortalizas y otros cultivos de alto valor en estos nutrientes.

¿Cuáles son los micronutrientes esenciales?

Su importancia para la agricultura

Boro (B). Contribuye a la integridad estructural y funcional de las membranas celulares. Por ello, es importante en los puntos de rápido crecimiento y estructuras reproductivas. 

El Boro es asociado con las auxinas (Hormonas de crecimiento), la síntesis y movimiento de los azúcares, se involucra en la producción de carbohidratos; el Boro es esencial para la germinación y la viabilidad del polen, la calidad de las semillas, la actividad meristemática y los procesos de fructificación por lo tanto, influye en el rendimiento del cultivo. Está presente en los suelos tanto en forma orgánica como inorgánica.

Es importante destacar que el margen entre carencia y exceso es muy estrecho, por lo que la precisión es clave en la aplicación de este elemento.

Cloro (Cl). Es clave en la regulación estomática, necesaria en la liberación de humedad en periodos de estrés hídrico. Interviene en la ruptura química del agua en presencia de luz y activa varios sistemas enzimáticos.

Cobre (Cu). Activa las enzimas y cataliza reacciones en varios procesos de crecimiento del cultivo. La presencia de Cu se asocia a la producción de vitamina A y contribuye a asegurar el éxito en la síntesis de proteínas.

El cobre es un componente integral de los cloroplastos por lo tanto participa en la fotosíntesis. Es esencial en la formación de encimas involucradas en la respiración, la producción de energía y crecimiento. El cobre ayuda a intensificar el sabor, el color en las hortalizas y en las flores.

Hierro (Fe). Es esencial para el crecimiento del cultivo y para la producción de alimento (catalizador en la formación de clorofila), ya que forma parte de muchas enzimas responsables de la transferencia de energía, reducción y fijación de nitrógeno, y formación de lignina.

Su función principal es la producción de clorofila; actúa como catalizador para el transporte de oxígeno en las hojas para el proceso de síntesis de la clorofila. El hierro se absorbe en las plantas por los pelos radicales. Se presenta en los suelos en forma de óxidos, hidróxidos, fosfatos, y formando parte de la estructura de silicatos primarios y minerales arcillosos.

Manganeso (Mn). Activa varias reacciones metabólicas importantes y desempeña una función directa en la fotosíntesis. Por esta razón, los expertos opinan que acelera la germinación y maduración, al tiempo que incrementa la disponibilidad de fósforo (P) y calcio (Ca).

El manganeso es un catalizador de energía activando las funciones enzimáticas y participando en la producción de la clorofila; además, el Mn acelera la germinación de las semillas, participa en la formación de vitaminas y junto al Fósforo (P) forman enzimas. Las deficiencias se dan en suelos alcalinos o neutros y también en aquellos con altos contenidos de materia orgánica con la que formarían complejos insolubles.

Molibdeno (Mo). Este elemento es requerido para la síntesis y actividad en 2 enzimas fundamentales: El nitrato reductasa y nitrogenasa. Estas enzimas son responsables de la fijación simbiótica del Nitrógeno. Además, transforma el fosforo inorgánico a orgánico en la planta. El pH es el principal regulador de la disponibilidad de Mo se hace cada vez más disponible al aumentar el pH.

Níquel (Ni). Es importante en el metabolismo del nitrógeno en los cultivos, ya que forma parte de la enzima ureasa, fundamental en la conversión de urea en amonio en el tejido vegetal.

Zinc (Zn). Es fundamental para obtener un alto rendimiento de cultivos, ya que es requerido en la síntesis de proteínas y en procesos de crecimiento.

El zinc participa junto al Calcio en la producción de auxinas y funciona como catalizador; junto al potasio (K) tiene un importante rol en la absorción y transporte de agua. El maíz y los frutales, especialmente los cítricos son altamente susceptibles a las deficiencias de Zn, produciéndose cambios en la morfología de las hojas.

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