¿Por qué necesitan hierro los cultivos?

Es esencial para el crecimiento del cultivo y para la producción de alimento (catalizador en la formación de clorofila), ya que forma parte de muchas enzimas responsables de la transferencia de energía, reducción y fijación de nitrógeno, y formación de lignina.

Su función principal es la producción de clorofila; actúa como catalizador para el transporte de oxígeno en las hojas para el proceso de síntesis de la clorofila. El hierro se absorbe en las plantas por los pelos radicales. Se presenta en los suelos en forma de óxidos, hidróxidos, fosfatos, y formando parte de la estructura de silicatos primarios y minerales arcillosos.

Efectos de la carencia de hierro en los cultivos

La carencia de hierro en los cultivos provoca la CLOROSIS FÉRRICA

Las carencias de hierro deben solucionarse desde el momento de la implantación del cultivo, para obtener un desarrollo equilibrado y sin restricciones nutricionales.

¿Qué es la clorosis férrica?

La clorosis férrica es el efecto directo de la deficiencia de hierro en una planta.

La clorosis férrica no se produce por la ausencia de hierro en el suelo, puesto que el hierro es uno de los elementos más abundantes en la tierra, sino porque éste se encuentre en formas no asimilables para la planta (baja biodisponibilidad)

El hierro está presente en prácticamente cualquier suelo, pero normalmente en forma insoluble, es decir, se encuentra bloqueado, y la planta no puede asimilarlo por las raíces.

Motivos de la clorosis férrica

El hierro no es asimilable para la planta en suelos con altas concentraciones de carbonatos y bicarbonatos, que disminuyen su solubilidad y movilidad. 

El pH del suelo determina la disponibilidad del hierro en las plantas y del resto de micronutrientes. La asimilación de hierro disminuye a medida que se incrementa la alcalinidad del suelo. Así, cuanto más ácido es el suelo mayor es la biodisponibilidad del hierro que tengamos a disposición de la planta. 

Las plantas pueden tener abundancia de hierro en sus raíces, pero como éste tiene escaso poder de movilización y translocación en la planta, no consigue acceder a las hojas.

Las plantas tienen dificultad para absorber hierro cuando los suelos tienen altos niveles de metales como el níquel, el cromo, el cobalto, el zinc, el cobre o el magnesio.

Otro de los motivos que impiden la absorción del hierro son los suelos demasiado compactados, arcillosos o encharcados.

Efectos de la clorosis férrica

El hierro en las plantas tiene como función principal la generación de clorofila, la cual es la responsable de la transformación de la energía lumínica a energía química, en el proceso llamado fotosíntesis, por lo que la planta produce menos energía para sus procesos metabólicos.

La clorofila es el pigmento fotosintético por excelencia y confiere el color verde presente en las plantas. Por tanto cuando existe carencia de hierro, el efecto visible en las plantas es un amarilleo de las hojas, que comienza por las hojas más jóvenes, que se vuelven de un color, y cuando la clorosis férrica es más severa la pérdida de coloración afectará a las hojas más adultas, pudiendo provocar necrosis, desecación y caída de las mismas, algo que termina por debilitar a la planta y por tanto afectar a su producción.

Tratamiento de la clorosis férrica

Podríamos exponer una serie de soluciones para combatir la clorosis férrica en virtud de lo ya expuesto sobre sus causas, como por ejemplo averiguar el tipo de pH del suelo y su contenido de caliza, para árboles de cierta edad utilizar inyecciones de tronco, acidificar el suelo para liberar el hierro insolubilizado y hacerlo disponible para las raíces, acidificar el agua de riego, evitar la sobrefertilización con zinc o manganeso, mejorar el drenaje, aireación del suelo, evitar compactaciones, amentar la temperatura de las raíces, etc.

Todas estas soluciones son complejas y en la mayoría de los casos inviables, por lo que la solución a la clorosis férrica es hacer un tratamiento con hierro, pero no con cualquier tipo de abono o fertilizante basado en sales de hierro, ya que éstas precipitan rápidamente y lo único que conseguiríamos sería tener más hierro en el suelo pero de forma no disponible.

La solución más eficaz a la clorosis férrica es hacer un tratamiento con quelatos de hierro.

¿Qué son los quelatos de hierro?

Cuándo y porqué utilizarlos

Un quelato es un compuesto químico en el que una molécula orgánica (quelante) rodea y se enlaza por varios puntos a un ión metálico, protegiéndolo de factores externos evitando su hidrólisis o separación y precipitación. Químicamente hablando, los quelatos son moléculas muy estables.

Los quelatos resultan muy eficientes para corregir deficiencias o necesidades de la planta. El quelato aplicado al suelo se usa para evitar que el elemento se precipite o sea más asimilable para la planta o para agregar altas dosis de un elemento sin que sea fitotóxico.

Para las aplicaciones en el suelo, la estructura complejada preserva el microelemento de la formación de compuestos insolubles con otros compuestos del suelo.

En aplicación foliar, el quelato penetra fácilmente y pasa directamente a la sabia de la planta.

Los quelatos de hierro son compuestos en los que una molécula orgánica envuelve y enlaza con un ion hierro de forma que lo protege y evita su precipitación. 

El agente quelante que lo acompaña es el responsable de su acción, ya que permite que el hierro se mantenga en solución y quede a disposición de la planta para su asimilación.

La clave en el modo de acción de cualquier quelato es su estabilidad, que indica el grado de protección que el agente quelante ejerce sobre el metal que contiene. 

Quelatos de hierro de Sarabia

En Sarabia disponemos de la gama QUIMUFER, en la que tenemos quelatos de hierro con dos tipos de agentes quelantes o quelatantes, del tipo EDDHA y del tipo EDDHSA, ambos superestables.

El isómero posicional orto-orto incrementa la estabilidad al aportar una mayor protección a la molécula de hierro en entornos de suelo con pH elevado.

Nuestra línea de quelatos de hierro QUIMUFER con alta riqueza en hierro en p/p, son la solución definitiva a las carencias de hierro, y aseguran una rápida disponibilidad de este microelemento para la planta en forma 100% asimilable, así como una gran facilidad de absorción y transporte del hierro en la planta.